Viernes por un futuro (otra mirada)
Anteriormente escribí sobre el fenómeno de Greta Thunberg y las protestas mundiales por el cuidado del medio ambiente. Ahora quisiera dar una breve mirada desde el otro punto de vista. ¿Es bueno que una joven de tan temprana edad esté liderando un proceso propio de los adultos? ¿Es bueno que abandone su juventud y educación (todavía)?
Creo que siempre es bueno tener una mirada crítica de los fenómenos mediáticos desde diferentes puntos de vista….
Hemos visto como una niña desafía a los poderes políticos y moviliza gente en todo el mundo para protestar por el cambio climático y las políticas predatorias del medio ambiente. Fenómeno que lo permite los actuales medios tecnológicos (lo que décadas atrás era imposible).
Creo necesario hacer el ejercicio de preguntarnos que es correcto y que no (lo que nos ayuda a desarrollar un pensamiento crítico positivo). Tal como la misma Greta lo ha dicho, no es correcto que una niña de 15 años lidere un movimiento político ambientalista y viaje por el mundo protestando ante los líderes políticos. No es correcto por la sencilla razón que una niña de 15 años debería estar en el colegio, formándose, y llevando una vida de adolescente. ¿Entonces qué es lo adecuado?….
He leído que varias opiniones apuntan a la responsabilidad de sus padres, quienes deberían ser los agentes que regularan y cuidaran su vida de adolescente; pero que se han convertido en los principales productores y promotores de las actividades de su hija. ¿Dónde estaría el límite entre un padre promotor o un padre protector?
Leyendo las afirmaciones de la propia familia, Greta ha sido diagnosticada con síndrome de asperger, y el grado de exposición que tiene no es una forma sana de tratar esta condición. Sus padres tienen una larga historia en el mundo del espectáculo, y bien podrían estar beneficiándose del éxito mediático de su hija. Sin ir más lejos, 4 días después de su primera aparición se publico un libro cuya principal autora es la madre de Greta, Malena Ernman y Svante Thunberg, que habla sobre la historia familiar en torno a las enfermedades de sus hijas y el cambio hacia un estilo de vida más ecológico. Algo que llama la atención de esto es el cambio de marketing que ha tenido el libro, primero en la portada salía Malena, luego en las siguientes ediciones sale Greta en alguno de sus discursos ambientalistas. Me vuelvo a hacer de nuevo la misma pregunta. ¿Dónde está el límite entre unos padres promotores o protectores de su hija?…. Muchos son los casos de niños artistas con padres que los impulsaron (¿obligaron?) a desarrollar su talento desde pequeño, saltándose parte de su etapa juvenil, con el consecuente efecto psicológico en la adultez….. Lo correcto o no lo irá diciendo el tiempo y el crecimiento de adolescente a adulto, y quizás ahí se verá que tan bueno o no fue la sobreexposición.
Sí me atrevo con certeza a afirmar que parte del rol de padre o madre, que elije libremente amar a sus hijos, es educarlos, protegerlos, cuidarlos y tomar decisiones por ellos, mientras su criterio y madurez psicológica aún esté en formación….. Nosotros los padres tenemos la responsabilidad de decidir por ellos, mientras ellos aún no sean capaces de decidir por sí mismo.
Protestar es fácil detrás de un celular
Por último, me llama mucho la atención el movimiento social que ha generado este fenómeno, casi siempre desde de una pantalla y en la comodidad del hogar. Las nuevas generaciones conviven en un mundo inmediato, en donde la tecnología ha facilitado mucho las cosas, y están acostumbrándose a que se puede hacer todo a través de un click en el celular… ¡Es fácil protestar detrás de una pantalla!… Está siendo tremendamente paradojal que la actual generación digital es la mayor consumidora de bienes en la historia de la humanidad. Quieren hacer la revolución desde el lujo de la modernidad, sin mucha conciencia de los costos que esas comodidades tienen: aire acondicionado, internet, televisión, consolas de juego en las piezas, etc…. Creo entonces que nuestro deber como padres es crear conciencia, dar juicio de realidad de que el mundo no se cambia haciendo solo un like a un movimiento social; se hace en lo inmediato, en nuestro entorno directo, en nuestra ciudad y en nuestros hábitos cotidianos.
