Creemos magia

No hay magia más linda en un niño que la sorpresa de recibir algún regalo, invitación, encuentro inesperado, etc. Esa vivencia repentina que los emociona y los alegra, haciéndolos explotar en emociones que dejarán marcas en sus recuerdos para toda la vida. Lo lindo de la magia es que los sorprende, no la pueden anticipar, y por lo tanto, entender.

Lo que no sabe un niño (con los años comienza a entender), es que esa magia se la construyen los adultos, por lo general sus padres. Esa magia tiene un sentido, alguien la pensó y creó para que el niño disfrutara y soñara. Alguien se sacrificó y disfrutó el alegrarlos y hacerlos imaginar.

¿Y que pasa con la magia y el soñar en el adulto?….

A medida que vamos creciendo, dejando la niñez y entendiendo las complejidades de este mundo, vamos rápidamente dejando de sorprendernos y muchas veces olvidándonos de soñar. La ganancia de madurar es que comprendemos muchas de las cosas que nos rodean, y por lo tanto, podemos tener mayor control de nuestra vida y nuestro entorno, lo que nos hace libres de elegir y decidir como queremos vivir nuestra vida. La pérdida de madurar es lo mismo, ya que al entender ahora los “trucos de magia” dejamos de sorprendernos y emocionarnos como cuando éramos niños, pudiendo peligrosamente dejar de lado el disfrute y caer en la “rutina” de no hacer nada.

La magia en el adulto, un porcentaje pequeño ocurre inesperadamente, y el otro gran porcentaje, se la fabrica él mismo. Soñar es gratis, es lindo, y es el inicio y empuje para construir magia. El adulto que sueña es el que se motiva para crear cosas e invitar a otros a disfrutarlas. El soñar, al no tener límites, estimula a que siendo adultos queramos ser niños y disfrutar y compartir nuestra vida con quienes queremos.

El adulto que entiende que si desea pasarlo bien y tener sueños y magia en la vida, se tiene que mover y esforzar por construir su propia magia…. Y si además invita a otros a compartirla, es un adulto que tiene la alta probabilidad de vivir una vida mágica y de ensueño.

La invitación es siempre a soñar en grande y a largo plazo, ya que así podemos crear grandes magias.

 

 

Ecuación simple: Si me siento a esperar a que la vida me sorprenda con momentos mágicos, es probable que de vez en cuando ocurra algo….. Pero si me dedico a construir momentos mágicos, es probable que mi vida se llene de aventuras y alegrías.

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