Madurar
Madurar no es ser fome ni aburrido, ni trasmitir la imagen de alguien apagado y sin vida. Madurar es lo mejor que le puede pasar a una persona a medida que avanza en la vida, ya que le permite encontrarse consigo mismo, reconocerse y desarrollar sus capacidades.
A medida que vamos pasando desde la niñez y la adolescencia, y nos acercamos a la adultez, poco a poco vamos dejando el egocentrismo y la poca capacidad de empatía por un pensamiento de adulto, en donde debiera primar la capacidad de autoconciencia, los valores que elegimos para nuestra vida, la autoestima y la capacidad de vincularnos con otro.
Madurar es saber lo que queremos, donde queremos estar y con quienes queremos compartir la vida.
Madurar nos da fuerza y coherencia, ya que somos quienes nos sentimos, no nos cuesta mostrarnos tal como nos percibimos, no es necesario tener que aparentar o actuar distinto a lo que somos.
Madurar me permite correr riesgos, ya que sé en que me desenvuelvo bien, y en que tengo debilidades. Soy lo que me reconozco y no pretendo ser alguien distinto.
Madurar permite construir vínculos verdaderos y duraderos, ya que al mostrarnos tal como nos sentimos, podemos empatizar y acoger al otro en sus necesidades y características; por otro lado nos permite poner límites, ya que sabemos lo que nos hace bien y mal en un vínculo de afecto.
Madurar nos hace libres, pero a la vez responsables, ya que ya no podemos echarle la culpa a otro por nuestras conductas o elecciones. Nuestra vida ya está en nuestras manos, por lo que es nuestro deber disfrutarla, cuidarla y compartirla.
Madurar nos hace libres, porque reconocemos nuestras necesidades, emociones y deseos. Ya nuestras decisiones no son de otros, de la moda imperante, de las presiones sociales o de las circunstancias; nuestras decisiones son nuestras, con la fuerza de saber que elegimos o hacemos lo que queremos hacer.
Madurar dura toda la vida, no es privilegio de los jóvenes el cambio y el aprendizaje, quien desee crecer y cambiar lo puede hacer en cualquier momento en que tome conciencia de ello.
Madurar es encontrar nuestro lugar en este mundo y sobre todo disfrutarlo… Sino pregúntenle a esos músicos de 70 años que aún siguen y seguirán subiendo a un escenario, ya que saben que su vida está en dicho lugar.