Hacinamiento y cuarentena
Todos vivimos esta Pandemia en diferentes condiciones, las cuales suelen ser un factor importante a la hora de entender el fenómeno que estamos sufriendo. Las condiciones de hacinamiento y poco resguardo que viven algunos sectores de la población, hacen que sea muy difícil de llevar, y sobre todo de cumplir con las indicaciones dadas por las autoridades. El hacinamiento, por lo general produce stress, peleas y discusiones, y si a esto le sumamos la situación de pandemia, podemos encontrar un escenario complejo y de alto daño en cuanto a salud mental, que creo es necesario considerar.
Uno de los ejercicios más saludables en la psicología es la empatía, esto significa ponernos en el lugar del otro, tratar de sentir y entender lo que el otro vive y sufre. La empatía, junto a nuestra inteligencia emocional, pueden llevarnos a comprender lo complejo que es el escenario preventivo en situaciones de hacinamiento, y quizás tener una postura mucho más flexible y de humildad ante el sufrimiento de los demás.
No basta con respetar las normas sanitarias y de distanciamiento social, si el entorno en donde se vive no lo permite. No basta con tener buenas intenciones si la realidad social es desfavorecida. Quizás abogar por menos críticas y enjuiciamiento, y más empatía y comprensión. Esta pandemia no discrimina clases sociales, razas ni orígenes, nos trata a todos por iguales, y nos hace volver a mirarnos como nunca debimos de dejar de hacerlo: Como hermanos que compartimos un mismo planeta.
Entonces, cuidar el entorno es comunicarnos sin agredir, ponernos de acuerdo sin discutir, apoyarnos sin discriminar, empatizar con los otros más allá de nuestra realidad. No seamos uno más de lo que agreden o reaccionan agresivamente ante las diferencias o dificultades. No olvidemos, en nuestras manos está el hacer la diferencia.